Estas semanas, están sirviendo para volver a
poner de moda términos como “default”, “corralito”, “prima de riesgo”, “deuda
extranjera” y para crear otros como “Grexit”. ¿Quién tiene la culpa de esto?
Pues nada más y nada menos que la eterna crisis
griega.
Tenemos claro los antecedentes de esta
crisis, de base es la entrada en el Euro y la idiosincrasia cultural de la
política griega. Durante años falsearon las cuentas del Estado, reflejando una
situación irreal de la economía helénica, generando
una burbuja de mentira que estalló con la crisis financiera, por la
dificultad de encontrar “dinero barato”
con el que tapar el agujero creado.
¿Vivian los griegos por encima de sus
posibilidades? Por supuesto, pero como vivíamos todos los países periféricos de la Unión Europea, el nuestro incluido, que
con los ratios de convergencia que existían empezamos a creer que nuestra
economía era tan fuerte como la de los países centrales de la eurozona. Incluso
llegamos a pensar que podríamos superar a Alemania. Todo era mentira e ilusión, nuestra política fiscal
no se adaptó a la situación monetaria y sobre todo, esta burbuja de desarrollo no nos permitió realizar los cambios
estructurales que realmente nos colocarían en vanguardia económica y
social, o por lo menos converger con los países del norte.
Desde entonces, Grecia ha pasado por varios escenarios,
donde el FMI, el BCE y la Unión Europea (liderada Alemania) han impuesto “terrorismo financiero”, llevando al
pueblo heleno a la situación actual. Les puede parecer “desproporcionado” el término,
pero gran parte de los altos directivos de estos entes, han formado parte de
los consejos y comités de los grandes bancos de inversión (Mario Draghi y
Goldman Sachs), aquellos que defendían y promulgaban los datos de las economías
del sur de Europa. Aquellos han sido rescatados con el esfuerzo de los contribuyentes
cuando las ganancias revertían en los accionistas, aquellos que ahora ganan en
sus inversiones griegas, aquellos que ahora pretende “proteger” estas
entidades.
Entonces, ¿Quién tiene la culpa de lo ocurrido en Grecia? El pueblo griego
tiene culpa, pero también la tienen el FMI, el BCE y la Unión Europea,
posiblemente estos organismos en mayor proporción.
¿Dónde está el
dinero que todos estos organismos han inyectado en la economía griega? Pues en pagar los altísimos
intereses de la deuda y en rescatar al sistema financiero griego. Básicamente
en rescatar acreedores, no en rescatar la economía griega, generando con esto un
círculo vicioso que condena eternamente a Grecia, sometiéndola a un estado de austeridad y depresión perpetua.
En conclusión, en convertir a Grecia en una máquina de crear dinero
especulativo para los grandes bancos y fondos de inversión, a pesar de que los
griegos estén en la más absoluta miseria.
Lo que no contaban estos organismos, es que
la economía no son solo números, en la base está en las personas, ninguneadas y
pisoteadas a base de devaluaciones salariales y de pensiones, incremento de
impuestos, desmantelamiento del Estado del Bienestar…. Creando desigualdad y
empujando a la mayoría social a la pobreza. Este es el caldo de cultivo para
los extremismos y populismos. Por suerte, no ha sido el caso, y el pueblo
griego se ha volcado con Syriza, que
a priori no está en los extremos, está en levantar al pueblo griego, que lo
tienen de rodillas y amordazado, esperando el golpe de gracia.
El nacimiento de Syriza, es comparable a
Podemos en España y otros movimientos “antisistema” en Italia y Portugal. La “troika”
no contaba con este elemento en la ecuación. Desestabilizar al 2% del PIB
europeo para “estimular” las pingües ganancias del sistema financiero es
controlable y hasta divertido, pero desestabilizar a gigantes como España e
Italia supondrá el fin de Europa tal y como lo conocemos. Por eso, desde el
mismo momento en que Syriza ganó las elecciones, se está jugando la baza del
miedo en estos países, y ejemplarizar con Grecia. Estos organismos, han estado
perpetrando un Golpe de Estado en la
sombra, empujando a Grecia hacia una nueva convocatoria electoral, donde Syriza
quedaría deslegitimada, ganando de nuevo aquellos gobiernos culpables de la
situación y cómplices con los “terroristas económicos”.
Es comprensible, aceptable y admirable el referéndum
de Grecia sobre la hoja de ruta marcada por la “troika”. Están empujando al
gobierno griego a incumplir su base programática con 5 meses de vida. La
trascendencia de esta decisión afectará a varias generaciones de griegos, y
esta decisión no tiene que estar en el poder de la política, está en la
soberanía nacional. La cuna de la democracia está dando una lección al mundo, están
dando a su pueblo la potestad para seguir de rodillas o levantarse, aunque eso
suponga la “muerte”.
La historia está condenada a repetirse, ya
que en los 90 fueron impuestas propuestas similares a algunos países latinoamericanos
y a los tigres asiáticos. Como pueden comprobar, estos tigres se quedaron en “gatitos”
con grandes desequilibrios y desigualdades mientras que muchos latinoamericanos
empezaron a crecer y a eliminar desigualdades cuando desobedecieron al FMI. La
verdad, dudo mucho de la inteligencia de esos grandes economistas y
funcionarios que dirigen estos organismos, que llevan 20 años dando lecciones
de economía y no tienen en su haber ni un solo caso de éxito.
Sinceramente, no creo que ocurra ningún “Grexit”
y el órdago saldrá caro a la Unión Europea. Estamos en los albores de un nuevo
orden mundial, donde Rusia está buscando recuperar la influencia que tenía en
la época soviética, el mundo árabe está convulso, China se está desacelerando ,
pero tiene grandes reservas de divisas. Europa está perdiendo peso específico
en la economía mundial y EEUU ya no tiene la influencia de antes. Grecia se ha
acercado a Rusia, y está dispuesto a “rescatar” a la economía griega, dando un
golpe de muerte en la línea de flotación de la Unión Europea y a los EEUU. Por
lo tanto, Europa tiene mucho más que perder que Grecia, que ya lo ha perdido
todo.
En conclusión, si yo fuera ciudadano griego, votaría NO a las medidas “impuestas” por la troika. Grecia no
está entre la espada y la pared, Europa es la que está entre la espada y la
pared. Los griegos no tienen nada que
perder, ya lo han perdido todo, solo les queda la soberanía y poner Europa “patas
arriba”, si tienen que morir, que mueran matando.
Dailos Reyes Pérez
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